En 2020 casi 17% de estadounidenses adultos cuidaban de un adulto mayor de 50 años. A medida que nuestros padres envejecen, sus funciones físicas y cognitivas pueden empezar a declinar. Esto puede hacer que necesiten atención y apoyo adicional en las tareas cotidianas.
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Pasar tiempo con nuestros padres mayores puede traernos recuerdos de la infancia, cuando dependíamos de ellos para todo. Ahora nos toca a nosotros ofrecerles el amor, la compasión y el apoyo que necesitan.
Cuidar de un padre anciano puede resultar a veces abrumador para un adulto, sobre todo cuando se trata de equilibrar las responsabilidades personales y profesionales. En este artículo, hablaremos de algunos consejos prácticos para maximizar la compañía de nuestros padres y minimizar el estrés de las responsabilidades del cuidado.
Consejos para cuidar a un padre anciano
He aquí algunos consejos prácticos que pueden ayudar a cuidar de un padre anciano:
1. Evaluar las necesidades de los padres mayores
Una comunicación abierta con nuestros padres mayores puede ayudarnos a evaluar sus necesidades, preferencias y preocupaciones. Dedique algún tiempo a observar su rutina diaria y piense en cómo se les podría ayudar y qué tipo de ayuda estarían dispuestos a aceptar. Por ejemplo:
- ¿Pueden realizar eficazmente tareas domésticas cotidianas como hacer la compra o preparar la comida?
- ¿Pueden seguir conduciendo o utilizando medios de transporte para llegar a los lugares necesarios?
- ¿Puede realizar actividades de cuidado personal como bañarse o vestirse solo?
- ¿Pueden gestionar sus medicamentos, finanzas, visitas al médico o asuntos legales?
Ser conscientes de las necesidades de nuestros padres y del apoyo que pueden necesitar es el primer paso en la planificación de los cuidados.
2. Infórmese sobre el estado de salud de sus padres
Enfermedades cardíacas, diabetesLa enfermedad de Alzheimer, la demencia y la artritis son algunos de los problemas de salud comunes en las personas mayores que pueden desencadenar la necesidad de apoyo. Puede ser muy útil acompañar a un progenitor durante las visitas a su proveedor de atención sanitaria, con su permiso, para informarse sobre sus dolencias actuales y preguntar por información sobre cómo proporcionar cuidados eficaces. Por ejemplo, puede ser útil llevar un registro de la medicación, la dosis diaria y las citas de seguimiento.
También puede ser útil preparar breves notas recordatorias para eventos clave o actividades frecuentes, especialmente si a uno de los padres se le ha diagnosticado demencia recientemente. Todos los adultos mayores pueden beneficiarse de participar activamente en actividades de ocio y recreativas como el ajedrez para mantener o potencialmente mejorar y restablecer su función cognitiva.
3. Garantizar un entorno seguro en casa
La mayoría de los padres desean tener una vida segura y agradable en casa a medida que envejecen. Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta al cuidar de los padres mayores es la seguridad en el hogar. Pueden ser necesarias modificaciones en el hogar para reducir el riesgo de caídas y lesiones, que pueden ser frecuentes en las personas mayores.
Uno de cada cuatro adultos mayores (de más de 65 años) se caen cada año. Más de 90% de fracturas de cadera se deben a caídas, que pueden provocar lesiones graves u hospitalización. Las posibles modificaciones podrían incluir:
- Instalación de pasamanos en baños o escaleras
- Colocación de alfombrillas antideslizantes en el baño y en las escaleras
- Mantener los espacios despejados y bien iluminados
- Mejorar la iluminación en las zonas poco iluminadas y añadir luces nocturnas
- Solicitar una evaluación de fisioterapia para valorar si un bastón u otro dispositivo similar sería útil
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4. Apoyar una alimentación sana en casa
A una dieta sana puede mejorar la fuerza física, la inmunidad y la claridad mental de nuestros padres. Llevar un diario de alimentos durante una semana o incluso unos pocos días puede ayudar a mostrar lo que nuestros padres comen o beben habitualmente. Puede ayudar a identificar oportunidades para añadir alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras, carnes magras y cereales integrales.
Las personas mayores suelen tener menos apetito y sensación de sed con la edad. A veces puede ser útil ofrecerles comida en porciones más pequeñas con más frecuencia para satisfacer sus necesidades nutricionales diarias. El reparto de comida a domicilio o la contratación de un chef personal que prepare comidas a medida también pueden ser útiles, sobre todo para personas con restricciones alimentarias o fuertes preferencias étnicas. Utilizar jarras de agua o botellas de agua personales con un volumen conocido puede ser útil para controlar la ingesta de líquidos y establecer objetivos diarios de hidratación.
5. Mantener a los padres mayores físicamente activos y comprometidos

El ejercicio regular puede ayudar a mantener la movilidad y la sociabilidad de nuestros padres cuando se realiza en grupo, y también es muy importante para ayudar a mantener la independencia y la cognición. Se recomienda realizar actividad física durante 30 minutos al día, 5 días a la semana, y puede hacerse en segmentos de tan solo 10 minutos cada vez.
Las actividades accesibles pueden incluir animar a los padres mayores a dar un paseo por el parque del barrio si se encuentra en una zona segura. Los ejercicios de bajo impacto, como los estiramientos suaves, el yoga y el levantamiento de pesas, como latas de sopa, también son relativamente fáciles de empezar en casa. Estas actividades físicas pueden ayudarles a recuperar un sentido de independencia y mejorar su bienestar mental, emocional y social.
6. Poner en contacto a los padres mayores con sus amigos o familiares
Soledad y aislamiento social puede repercutir negativamente en la salud mental de nuestros padres y aumentar el riesgo de depresión. Para ayudarles a afrontar estos sentimientos, anímeles a participar en actividades divertidas con amigos y familiares o en entornos sociales como los centros de mayores. Las actividades pueden incluir cosas como ajedrez, juegos de mesa o juegos de cartas. Estos juegos no sólo proporcionan interacción social, sino que también favorecen la salud cognitiva.
Cuando podemos, pasar tiempo regularmente con nuestros padres nos ayuda a ambos a mantenernos conectados y al tanto de la situación del otro. Cenar, dar un paseo, jugar a algo o ver un programa favorito son formas estupendas de mantener nuestras relaciones.
7. Por último, pero no menos importante, cuidarnos a nosotros mismos
Cuando cuidamos de un padre anciano, debemos acordarnos también de cuidarnos a nosotros mismos. Cuidar puede ser una tarea difícil, y es importante renovar nuestras propias fuentes de energía dedicando tiempo a relajarnos o a realizar nuestras actividades favoritas. Burnout es habitual entre los cuidadores cuando intentan hacerlo todo ellos solos sin pedir ayuda. Cuando es posible compartir las responsabilidades con otros o cuando se pueden contratar servicios de forma asequible, puede ayudarnos tanto a nosotros como a nuestros padres. Buscar ayuda puede garantizar que nuestros padres reciban los mejores cuidados posibles durante el mayor tiempo posible.
Puede encontrar información útil sobre muchos temas y servicios relacionados en la página Localizador de residencias de ancianos y el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.
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Referencias:
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