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Consejos de autocuidado para cuidadores: Cómo mantenerse fuerte mientras cuida de otros

6 min leer

Alice Pomidor

Revisado

por Dr. Alice Pomidor

Female caregiver practicing self-care by walking in a park

Cuidar a una persona con una enfermedad grave puede ser mental y físicamente agotador. Incluso la persona más fuerte y cariñosa puede sentirse cansada y abrumada, lo cual es completamente normal. 

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Sentirse abrumado no significa que no se esté prestando una ayuda de alta calidad a la persona que recibe los cuidados. La mayoría de nosotros intentamos hacerlo lo mejor que podemos. Sin embargo, nuestros cuerpos y mentes necesitan descansar para funcionar correctamente, y a menudo nos olvidamos de hacerlo cuando estamos bajo la presión del cuidado.

En este artículo, hablaremos de los principales consejos de autocuidado para cuidadores que pueden ayudarnos a relajarnos y aliviar el estrés sin comprometer nuestras obligaciones como cuidadores.

¿Quiénes son los cuidadores y qué hacen? 

Un cuidador es una persona que presta asistencia a tiempo completo o parcial a personas que no pueden cuidar de sí mismas o realizar sus tareas cotidianas. Esto puede deberse a una enfermedad, una lesión, problemas de salud física o mental u otra discapacidad. 

Los cuidadores pueden ser personal sanitario que presta atención personalizada a sus pacientes. También pueden ser familiaresamigos o vecinos que ayudan a proporcionar cuidados. 

Los cuidadores pueden ayudar a la persona que recibe los cuidados de muchas formas distintas, como por ejemplo

  • Tareas domésticas, como limpiar, lavar, cocinar o hacer la compra.
  • Asistencia en tareas personales, como bañarse, vestirse, administrar medicamentos o preparar y dar de comer.
  • Ayuda a la movilidad
  • Gestionar las finanzas
  • Apoyar las habilidades de comunicación, especialmente con la tecnología 

Síntomas del estrés del cuidador

Como cuidador, es fundamental detectar los signos de estrés y tomar medidas para afrontarlo, a fin de no poner en peligro nuestra propia salud y bienestar. 

Los siguientes signos pueden ser indicios de que nuestro cuerpo necesita tiempo para relajarse y descansar de la rutina habitual: 

  • Problemas para dormir 
  • Sentirse fácilmente frustrado, irritado y enfadado sin ninguna razón obvia.
  • Sentirse solitario, desesperado o triste
  • Pérdida de interés por actividades que antes disfrutaba 
  • padecer con frecuencia dolores de cabeza, dolores corporales u otros problemas físicos
  • Omitir las propias tareas de cuidado personal, como cambiarse de ropa, comer o ducharse.
  • Uso indebido o frecuente de drogas, alcohol o medicamentos con receta para hacer frente a la situación.

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6 consejos de autocuidado para cuidadores

A continuación se ofrecen 6 consejos de autocuidado que los cuidadores pueden incorporar a sus rutinas:

Centrarse en la dieta 

Slim and fit woman drinking water before having breakfast

Puede resultar tentador comer comida rápida o basura por comodidad, como "capricho" para facilitar la vida cotidiana o como autocompensa mientras se está ocupado como cuidador. Sin embargo, comer con frecuencia una dieta de baja calidad puede causar síntomas como fatiga, dolores de cabeza, dolor corporal y debilidad, lo que contribuye a sentirse agotado tanto mental como físicamente. Nosotros mismos necesitamos estar sanos y fuertes para lograr nuestro objetivo de proporcionar cuidados de buena calidad a la persona que necesita asistencia.

En cambio, comer un dieta equilibrada contribuirá a agudizar las funciones cerebrales, ayudará a reparar y fortalecer músculos y huesos, y aportará más energía a la hora de cuidar a la persona atendida. También suele favorecer el sueño y la relajación.

Así que, mientras se preparan las comidas para el cuidador, no hay que olvidar prestar atención a la propia dieta. Acostúmbrese a comer regularmente fruta y frutos secos como tentempié. Pruebe a desayunar huevos, avena o cereales enriquecidos, y añada raciones de verduras, lentejas, cereales integrales o yogur a la comida o la cena.

Manténgase hidratado 

Mantenerse hidratado ayuda al organismo a funcionar correctamente, ya que elimina de forma natural las sustancias nocivas y los residuos. Este proceso aumenta nuestros niveles generales de energía y favorece el bienestar. Tener cerca una botella de agua grande y beber sorbos a lo largo del día es un buen hábito. Esto puede ayudarnos a sentirnos mejor tanto mental como físicamente.

Dé paseos cortos con regularidad 

Encontrar tiempo para hacer ejercicio puede resultar difícil en una ajetreada rutina diaria. Lo ideal sería realizar 30 minutos de ejercicio moderado al menos cinco días a la semana para mejorar la salud física y el estado de ánimo. Pueden ser sesiones más cortas, de 10 minutos cada una, repartidas a lo largo del día, siempre que sumen un total de 30 minutos diarios. Se sabe que el ejercicio ayuda a liberar unas sustancias químicas del cerebro llamadas endorfinasque nos ayudan a sentirnos más positivos. 

Si le parece que no tiene tiempo suficiente al día, intente dar paseos cortos con regularidad, sobre todo en entornos naturales. Esto le ayudará a mantener un peso saludable, mejorará las funciones corporales y le proporcionará una vía de escape de las estresantes rutinas laborales. 

También puede ser útil pedir a un amigo o vecino que le haga compañía durante un breve periodo de tiempo para disponer de unos minutos para uno mismo. Tomarse un breve descanso puede levantar el estado de ánimo y mejorar la atención posterior.

Establecer límites 

Cada persona tiene diferentes niveles de capacidad y resistencia, por lo que es importante reconocer nuestros propios límites. Establezca límites para evitar sobrecargarse y proteger el bienestar.

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Recuerde que pedir ayuda no es egoísta. No espere a llegar a un estado de agotamiento total, a sentirse abrumado o a enfrentarse a problemas de salud personales para pedir ayuda. Planifique disponer de apoyo para los cuidadores de forma regular.

Para la mayoría de nosotros tampoco es posible hacerlo todo solos. Haz una lista de pequeñas tareas que otros puedan hacer y aprende a delegarlas en amigos íntimos de confianza, ayuda contratada o familiares. 

Por ejemplo, no es demasiado difícil pedir a un vecino que recoja algunos artículos mientras está en el supermercado, solicitar a un familiar que prepare una comida al día o pedir a un pariente que le ayude con los cuidados directos para que usted pueda tomarse un tiempo para descansar.

Recompénsate 

A veces parece que nuestro duro trabajo pasa desapercibido y que nadie reconoce abiertamente el esfuerzo que hacemos. Por eso es importante empezar a valorarse y recompensarse. Esto puede ayudar a aumentar la energía y la moral.

Acostúmbrese a planificarse un capricho cada una o dos semanas. Una recompensa puede ser cualquier cosa agradable, como ir de compras, pasar tiempo con un amigo, tener una noche de cine o pedir una comida favorita. Recuerde que, si queremos ser buenos cuidadores, es importante cuidar tanto de nosotros mismos como de los demás.

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