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La enfermedad de Alzheimer: Comprender la forma más común de demencia

6 min leer

Alice Pomidor

Revisado

por Dr. Alice Pomidor

Adult daughter comforting father with Alzheimer’s disease

La enfermedad de Alzheimer (EA) es la forma más conocida de demenciaSin embargo, no todos los tipos de demencia son causados por el Alzheimer, aunque es el más común. La demencia es, en realidad, un síndrome que puede ser causado por una o más enfermedades diferentes, y la EA es solo una de ellas. La demencia se suele diagnosticar cuando una persona presenta pérdida de memoria y un deterioro gradual de la capacidad cognitiva, lo suficientemente grave como para afectar el funcionamiento diario. Suele desarrollarse a lo largo de muchos años y, con el tiempo, suele agravarse. 

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La EA afecta con mayor frecuencia a personas mayores de 65 años, pero no es una parte normal del envejecimiento. Un retraso en la memoria es una consecuencia normal del envejecimiento, pero la incapacidad de recordar algo en absoluto suele denominarse deterioro cognitivo leve (DCL). No se trata de demencia a menos que empiece a interferir con la vida diaria. 

La enfermedad de Alzheimer (EA) es un tipo de demencia que se produce cuando las células cerebrales (neuronas) se dañan y comienzan a encogerse o morir, probablemente debido a una combinación de cambios genéticos, ambientales y relacionados con el estilo de vida en el cerebro. Los factores de riesgo que debilitan las defensas naturales del cerebro pueden aumentar la probabilidad de que una persona presente los síntomas de Alzheimer. Estos factores de riesgo incluyen lesiones cerebrales, consumo de sustancias o alcohol, o enfermedades crónicas como... diabetes.

En este artículo, analizaremos las causas, tipos, signos y síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención de la demencia causada por la enfermedad de Alzheimer.

¿Cuál es la principal causa de la enfermedad de Alzheimer? 

Se desconoce la causa real del daño cerebral. El daño neuronal crea sustancias tóxicas en el cerebro llamadas proteínas amiloide y tau, que a su vez se acumulan y forman estructuras llamadas placas y ovillos. Estas afectan la función de múltiples partes del cerebro. Esto puede interferir con la memoria, el pensamiento, el estado de ánimo, la comunicación y la capacidad de aprendizaje. 

Puede haber una predisposición genética a desarrollar EA. gen de la apolipoproteína (APOE) Se encuentra en los humanos en tres formas diferentes: APOE 2, APOE 3, o APOE 4Cada uno tiene un riesgo diferente de padecer EA. APOE 2 La forma disminuye el riesgo, la APOE 3 La forma es neutral y la APOE 4 La forma aumenta el riesgo. Como todos los demás genes, cada célula de nuestro cuerpo contiene dos copias del APOE gene.

Aproximadamente el 25% de la población tiene una copia de APOE 4, y otro 1% tiene dos copias. Tener una copia de APOE 4 Se asocia con un riesgo tres veces mayor de EA, y tener dos copias se asocia con un riesgo entre ocho y diez veces mayor. Es importante señalar que APOE 4 no causa EA; solo aumenta el riesgo de desarrollarla. No todas las personas con APOE 4 desarrolla EA, y las personas que no la tienen APOE 4 Aún se puede desarrollar Alzheimer. No se recomiendan las pruebas porque no existe un tratamiento preventivo desarrollado actualmente. 

Tipos de enfermedad de Alzheimer 

La forma principal de la EA suele comenzar con pérdida de memoria y puede progresar a lo largo de 8 a 20 años con la pérdida de otras funciones mentales, como pensar, aprender y comunicarse, lo que lleva a la dependencia de otros para las actividades básicas de la vida. No existe una cura permanente, pero terapias o medicamentos específicos a veces pueden ayudar a controlar o ralentizar los síntomas. 

Existen otros tipos atípicos de EA en los que los primeros síntomas provienen de una zona funcional diferente del cerebro antes de afectar la memoria. Estos son:

Atrofia cortical posterior 

Este tipo de Alzheimer suele comenzar a una edad más temprana de lo habitual, entre los 50 y los 60 años. Las neuronas de la parte posterior del cerebro se ven afectadas antes que otras áreas, donde se encuentra nuestro centro de visión, así como nuestra percepción de la ubicación de las cosas en relación con las demás. Cuando se daña, el cerebro no puede interpretar ni procesar correctamente la información que recibe de los ojos. Los primeros síntomas pueden incluir dificultad para leer, incapacidad para ver o identificar la ubicación de la mano en relación con otros objetos y dificultad para evitar objetos al caminar.

Síndrome corticobasal 

Este tipo de Alzheimer suele comenzar a una edad más temprana de lo habitual, alrededor de los 60 años. Las neuronas de los laterales y la base del cerebro se ven afectadas antes que otras áreas, donde se localizan nuestras habilidades lingüísticas y sentidos corporales. Los primeros síntomas pueden incluir rigidez y dificultad para mover una extremidad. Esto puede causar dificultad para caminar o mantener el equilibrio, así como dificultad para hablar y comprender. 

Afasia progresiva primaria logopénica  

Las neuronas de la parte inferior del cerebro se ven afectadas antes que otras áreas, donde se encuentran los centros del lenguaje. Los primeros síntomas incluyen dificultad para encontrar la palabra correcta, tan grave que la persona no puede nombrar objetos comunes, y dificultad para seguir instrucciones largas. Generalmente, las personas pueden seguir comprendiendo palabras durante mucho tiempo, aunque esto puede empeorar con el tiempo. También existen otras formas de afasia progresiva primaria.

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Enfermedad de Alzheimer familiar de inicio temprano 

Esta forma de Alzheimer puede comenzar a una edad temprana, entre los 30 y los 40 años. Se hereda de padres a hijos debido a una única mutación genética que otorga al niño una probabilidad de padecer la enfermedad (50%). Este tipo causa menos de 5% de Alzheimer. Es diferente del gen comúnmente reportado en los medios, que es la apolipoproteína (APOE), como se explicó anteriormente. Los síntomas son similares a los de la forma principal de Alzheimer, pero comienzan mucho antes y progresan más rápido. 

¿Cuáles son los signos y síntomas de la enfermedad de Alzheimer? 

Los signos y síntomas más comunes de la EA incluyen: 

  • Olvidar eventos o actividades recientes de la vida 
  • Dificultad para comunicarse, como elegir las palabras adecuadas o comprender instrucciones.
  • Cambios de personalidad o estado de ánimo, a menudo volviéndose ansioso, irritado o agresivo.
  • Dificultad para realizar el cuidado personal 
  • Delirios o alucinaciones 
  • Confusión o desorientación en el tiempo o el lugar
  • Dificultad para manejar tareas complejas

Diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer 

Doctor preparing patient for CT scanner. Senior man going into CT scanner. CT scan technologist overlooking patient in Computed Tomography scanner during preparation for procedure

El diagnóstico de la EA se realiza mediante el análisis de la salud mental y física general de la persona y la realización de pruebas específicas de imagen cerebral. Recientemente se han desarrollado análisis de sangre y líquido cefalorraquídeo para detectar niveles anormales de proteínas y realizar pruebas genéticas, pero su precisión aún no se ha probado ampliamente en la población general. 

El proveedor de atención médica a menudo verificará lo siguiente para buscar otras posibles causas de los signos y síntomas de la persona:

  • Historial médico 
  • Estado general de salud física y mental 
  • Uso de medicamentos
  • Cambios de humor o comportamiento
  • Capacidad para realizar tareas cotidianas
  • Pruebas de detección de memoria, pensamiento y capacidad espacial

Se pueden realizar las siguientes exploraciones de imágenes cerebrales:

Tratamiento de la enfermedad de Alzheimer 

Existen ciertos medicamentos recetados que pueden reducir temporalmente los signos o síntomas de la demencia, y otros que pueden ralentizar el empeoramiento de la enfermedad. No existe una cura permanente. La mayoría de los medicamentos de venta libre comercializados para la pérdida de memoria son vitaminas o proteínas cuya eficacia no ha sido comprobada y no requieren comprobación ni revisión por parte de la FDA.

1. Inhibidores de la colinesterasa 

Acetilcolina Es un mensajero químico en el cerebro que ayuda a las neuronas a comunicarse entre sí. Debe durar lo suficiente para enviar el mensaje, pero eventualmente debe eliminarse para permitir la llegada del siguiente. Es importante para el lenguaje, la memoria, el pensamiento y el juicio. En la enfermedad de Alzheimer, el cuerpo puede eliminar la acetilcolina antes de que se pueda recibir el mensaje. 

Los inhibidores de la colinesterasa son fármacos que ralentizan la degradación cerebral de la acetilcolina, prolongando su permanencia en el cerebro y, en ocasiones, aliviando los síntomas de la demencia. Están disponibles en diversas presentaciones (pastillas, parches, etc.). Como siempre, presentan múltiples efectos secundarios e interacciones farmacológicas. Generalmente se recomiendan para el deterioro cognitivo leve y la demencia en fase inicial.

Algunos ejemplos de inhibidores de la colinesterasa son: 

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2. Memantina 

La memantina es un fármaco que funciona disminuyendo los efectos de otro mensajero químico del cerebro llamado glutamatoAyuda a bloquear temporalmente la recepción del mensaje por la otra neurona. Un exceso de glutamato puede dañar las neuronas. Se suele utilizar en etapas moderadas a avanzadas de la demencia para ayudar a reducir los signos y síntomas. 

3. Otros medicamentos 

En ocasiones, se recomiendan otros medicamentos utilizados para otras afecciones en la EA para controlar los síntomas conductuales de la demencia, como la deambulación nocturna, la ansiedad, la depresión o los delirios, que resultan angustiantes para la persona con EA. Estos medicamentos suelen ser tranquilizantes, sedantes o antidepresivos. Es fundamental sopesar los efectos secundarios y los riesgos de estos medicamentos frente a sus posibles beneficios. También están disponibles en diversas presentaciones, entre las que se incluyen:

  • Antipsicóticos 
  • Medicamentos contra la ansiedad
  • antidepresivos 
  • Medicamentos anticonvulsivos 

4. Anticuerpos monoclonales anti-amiloide

Estos medicamentos se han comercializado recientemente y su disponibilidad es limitada. Se ha informado que actúan reduciendo la acumulación de placa amiloide en el cerebro, estimulando el sistema inmunitario a atacar y eliminar la amiloide. Solo se administran por vía intravenosa (IV) y solo pueden administrarse en el consultorio de un profesional de la salud. Debido al alto riesgo de efectos secundarios, como una pequeña hemorragia cerebral, se tarda un año en alcanzar la dosis recomendada y se requieren imágenes cerebrales varias veces al año. Se recomienda únicamente para personas con deterioro cognitivo leve (DCL) o personas en la etapa leve de la enfermedad de Alzheimer para prevenir la progresión de la enfermedad. Estos medicamentos son muy caros. Incluyen:

Prevención de la enfermedad de Alzheimer 

Mantener un estilo de vida saludable es clave para prevenir el deterioro cognitivo y la enfermedad de Alzheimer. Los siguientes cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar demencia: 

Mantenerse mentalmente activo

Ejercita el cerebro con actividades mentales Como socializar, aprender algo nuevo, cocinar o jugar juegos mentales (como sudoku, ajedrez, rompecabezas o crucigramas). Estos pueden fortalecer las funciones cognitivas, mejorando la atención, la memoria y la concentración. 

Actividad física 

La actividad física ayuda a aumentar el flujo sanguíneo y el oxígeno al cerebro, en particular al hipocampo, una zona cerebral involucrada en el aprendizaje y la memoria. Lo ideal es realizar actividad física de intensidad moderada, como caminar rápido o andar en bicicleta, durante 150 minutos semanales. Sin embargo, cualquier actividad física es mejor que ninguna.

Mantener una dieta sana y equilibrada

Los estudios demuestran que seguir una dieta equilibrada favorece la salud cerebral. Esto puede incluir dietas específicas, como la dieta DASH, la dieta mediterránea o la dieta nórdica. Estas dietas incluyen principalmente el consumo de cereales integrales, queso, yogur, frutas y verduras frescas.

También se recomienda consumir carne roja solo unas pocas veces al mes, y pescado, pollo y huevos solo unas pocas veces por semana. Por último, las grasas deben provenir de fuentes insaturadas, como aceite de oliva, pescado azul, semillas y frutos secos.

Referencias:

  1. https://memory.ucsf.edu/what-dementia

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